lunes, 18 de junio de 2012

Meteoritos de Campo de Cielo


JOYA de METEORITO

La zona de dispersión meteorítica de Campo del Cielo, “Piguen Nonraltá”, u "Otumpa" en lenguaje aborigen, se encuentra ubicada en el sudoeste de la Provincia del Chaco (Argentina), con epicentro en el paraje Las Víboras, 15 Km. al sur de la localidad de Gancedo, compartiendo áreas de impacto con la provincia de Santiago del Estero.


 La memoria nos habla del suceso de Campo del Cielo ya desde mucho antes del amanecer de la historia escrita de nuestra región. Perdidos en el tiempo nos llegan relatos, mitos, leyendas aborígenes pasadas de generación a generación, sagrados peregrinares con el objeto de rendir culto a aquel trozo de hierro caído del cielo (árbol de fuego para ellos) que materializaba a su Dios en esta, su tierra.
         Ellos, los milenarios pobladores de esta zona y sus alrededores nos legaron la relación. Algo de proporciones inmensas había ocurrido entre el cielo y estas tierras.
         Gracias a esta tradición y a la incontrolable sed de bienes para la corona, a solo 84 años del descubrimiento de América las primeras expediciones militares dieron origen a la historia escrita de Campo del Cielo 

Año: 1576 - Expedición de Hernán Mexía de Miraval: Relatos de los aborígenes del lugar acerca de una gran masa metálica vista en los campos (ya considerada como una piedra caída del cielo), hicieron que el Gobernador de las Provincias del Tucumán, Capitán General don Gonzalo Abreu y Figueroa ordenara al Capitán de Campo Mexía de Miraval su localización. Este realizó la expedición acompañado de 8 soldados, junto a los cuales, en su camino al “minero de hierro” tubo que luchar contra indios Chiriguanos, que según sus relatos consumían carne humana. Luego de un largo recorrido hallan un gran “peñol de hierro” (saliente) del cual tomaron algunos fragmentos


Años: 1986 al Presente:
           La Asoc. Chaqueña de Astronomía, formada por geólogos y técnicos en varias áreas, realizó varias incursiones con apoyo privado y del Estado a la Zona de dispersión. Seis cráteres nuevos fueron estudiados e incorporados a la lista de los ya conocidos. Mediante el uso de la teledetección satelital y aérea se han detectado mas de una decena de posibles cráteres de impacto que esperan su estudio. La adquisición reciente de un gradiómetro portátil facilitará notablemente el relevamiento de los posibles impactos.


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